“Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad”
Miguel de Unamuno
Andrea Karina Campos Cerón nació el 6 de Septiembre de 1994 en Mérida Yucatán, México, siendo así la hija primogénita de la familia Campos Cerón y la única luz durante la etapa más difícil y decadente en el matrimonio de sus padres, Ana Cerón Pacheco y José Campos Manzanilla.
Sus primeros años estuvieron llenos de buenos momentos debido a la ingenuidad e inocencia que cualquier niño suele tener, pues aunque fueron años maravillosos para ella, para sus padres no fue del todo así. Durante esa época se dio la devaluación del peso, hecho que si bien fue uno de los más desafortunados para el país también lo fue para la familia de Andrea que se vio en una problemática en cuanto a su economía. Como consecuencia a todo esto ambos padres se vieron obligados a trabajar casi a tiempo completo por lo que Andrea tenía que ser cuidada por su abuela materna y un par de tíos que vivían en esa casa. Aprendió a caminar a los nueve meses y comenzó a hablar a los dos años y medio.
“Cuando ella comenzó a caminar, aunque nunca fue una niña traviesa y a pesar de ser muy tranquila solía esconderse en el enorme juguetero que adornaba la sala. Justo ahí había una almohada en forma de tortuga así que cada que se escondía y me daba a la tarea de buscarla yo, su abuela o alguno de sus tíos, siempre la encontrábamos durmiendo encima de la tortuga en un rincón del juguetero.
Ella también adoraba la película del Rey león, tanto, que tenía la costumbre de ver esa película hasta cinco o seis veces al día obligando al mismo tiempo a uno de sus tíos a que se sentara a verla con ella. Al final terminaba llorando cada que moría Mufasa.
Algo que igual recuerdo y que jamás voy a olvidar fue cuando contrate a una muchacha para que la cuidara. El primer día que fue a cuidarla yo estaba trabajando, así que Andrea se encontraba al cuidado de la muchacha, de su tío y de su abuela; pero de repente ella desapareció y la muchacha no se dio cuenta hasta que su abuela pregunto por ella, entonces fue cuando comenzaron a buscarla. Después de unos minutos su tío la encontró en el baño dentro de una cubeta que estaba llena hasta la mitad de agua, completamente boca abajo. En ese momento la sacaron y dice su tío y su abuela que se encontraba semi-inconciente y con el rostro completamente morado. De milagro ella sobrevivió”. Relata nostálgica su madre cada que recuerda a la Andrea de antaño.
Poco después, siendo más exactos, a los tres años comenzó a ir al Kínder y medio año después la familia fue bendecida con la llegada de un niño más a la familia. Nació José Alejandro Campos Cerón, el hermano menor de Andrea.
Sus años en el Kínder no fueron los mejores debido a que presentaba problemas para adaptarse y socializar. Incluso sufrió uno que otro maltrato por parte de algunas niñas como consecuencia de no saber defenderse y de su poca habilidad para socializar. Para corregir ese problema sus padres se vieron en la terrible necesidad de llevarla al psicólogo. Pasaron aproximadamente dos o tres años para que corrigiera su problema y dejara de ir.
A los cinco años de edad entro a la primaria y aunque tuvo buenos y malos momentos no tuvo mayor problema durante su estancia en la primaria. Ahí empezó a descubrir su odio apasionado por las matemáticas y su amor desenfrenado por la materia de español que mas tarde repercutiría en su vida. Seguidamente después de terminar la primaria a los once años de edad, comenzó a estudiar su educación secundaria. Una de sus etapas mas difíciles por las que paso debido a la llegada de la pubertad y la etapa de la adolescencia; pero no por eso de los menos importantes, en realidad también estuvo rodeada de buenos momentos y buenos amigos. Para su fortuna también, su familia ya había mejorado económicamente por lo que no sufrió dificultades económicas.
A los catorce años entro a la preparatoria uno. En el primer año tuvo pequeños problemas para acostumbrarse al ritmo agitado de la prepa y en consecuencia llego a deber hasta cuatro materias en el primer semestre; pero no queriendo rendirse aprobó sus cuatro materias en un primer intento. Después de eso no volvió a deber ninguna materia más que todas las matemáticas existentes posibles en la prepa; sin embargo siguiendo su meta de terminar la preparatoria pasó todas sus materias.
Sus años ahí independientemente de la excesiva tarea que tenía fueron los mejores de su vida. Descubrió y logro forjar verdaderas amistades, conoció mucha gente y ente ellos a sus mejores amigos que poco a poco se convertirían en una parte importante de su vida.
También conoció muchas cosas con las que logro identificarse. Su gusto en la música cambio y al mismo tiempo nacieron nuevas metas; comenzó a escuchar música (pop) coreana y se empezó a interesar tanto en la cultura de ese país que comenzó a idear una nueva meta: conocer y vivir un tiempo en Corea del Sur.
La preparatoria fue un gran lazo que unió a Andrea con la literatura ya que también comenzó a interesarse en el arte de la lectura y la escritura.
Su interés en la literatura y su gusto por la materia de español fueron los detonantes para que tomara la decisión de estudiar la carrera de docencia y especializarse en español.
Termino exitosamente la preparatoria debido a su característica dedicación y perseverancia.
Hoy en día reside en Mérida Yucatán, México, y estudia la Lic. En educación secundaria con especialidad en español en la escuela Normal Superior de Yucatán “Profesor Antonio Betancourt Pérez”.